El Delito identitario. Travestismo s. XVII-XXI, por Urko Gato

EL DELITO IDENTITARIO-TRAVESTISMO-LA DONCELLA NO QUISO SER DONCELLA

(s. XVII hasta nuestros días)
Trabajo realizado por Urko Gato
1. INTRODUCCIÓN
Primeramente, quiero hacer unas aclaraciones de enfoque y conceptuales, con las que pretendo sentirme más cómodo en la exposición del trabajo. Esto no guarda más motivo que despojarme del uso (y el abuso) de un lenguaje preponderante, y cabe añadir ofensivo, que nos patologiza en los manuales de psiquiatría, en las consultas; nos victimiza e invisibiliza en la Historia, nos culpa; nos discrimina en el trabajo…y para más inri, nos mantiene indocumentados y visibilizados en cualquier ámbito. (Sean oposiciones, entrevistas de trabajo, cursos, universidades, bibliotecas, médicos y todos aquellos lugares, que necesitas del llamado DNI, para que respeten tus derechos civiles).
Este documento, en general, olvida la identidad del sujeto, e informa solamente de los genitales, en el mejor de los casos… en el peor, informa de la identidad del sujeto, y su pretendida incongruencia genital. Es por ello, que me declaro disidente al uso de un lenguaje que nos pone enfermos, y que legitima este discurso construido, sobre la falacia del binomio de género. Que pretende hacer creer que sólo existen hombres y mujeres (cuando sabemos que a golpe de bisturí “normalizan” los cuerpos de personas intersexuales, por supuesto sin permiso; y a golpe de protocolo, hormonas, psiquiatras, colas interminables, papeles y más papeles, y registro civil, nos chantajean de forma sutil y no tan sutil, con nuestros derechos, para esterilizarnos primero, y construirnos después, física y mentalmente a su medida comprensiva… a cambio de tener un nombre en el llamado DNI ).
Porque somos más de lo que dicen que somos, trataré a estas personas travestidas como andróginos (hombres con vagina) u hombres travestidos, y no al contrario (mujeres travestidas), salvo cuando las señales apunten en esa dirección.
La razón que me mueve a actuar de este modo, no es otra que la conciencia de saber, que la sociedad no es intrínsecamente transfoba ni binómica, pero por cuestiones de mercado hacen uso de este discurso existente, cuando pueden verse privilegiados a costa de su uso. El uso no cuestionado del lenguaje que utilizamos, legitima la mentalidad existente, y no seré yo quien lo use, utilizaré por ello mi propio lenguaje.
El lenguaje es poder y oculta para quien no los padecen los mecanismos represivos a la conducta no cultural de sexo-género, sexo-sexualidad (fuera de la norma). El uso de este lenguaje, genera una falsa coherencia y legitimidad sobre el devenir pretendido para determinados sujetos, entre los que me incluyo; y me resulta ciertamente difícil razonar usando su mismo lenguaje.
La idea principal que pretendo transmitir, aunque el tema podría extenderse a muchos aspectos de la condición humana, es la mentalidad existente, en cuanto al travestismo en la historia Moderna y en nuestros días; ya que esos mismos hechos que ocurrían entonces ocurren hoy.
La idea sobre la que me he centrado, es la del uso legítimo de la violencia hacia las minorías, y lo contrario, con la esperanza de sacar a la luz la incongruencia discursiva de esta violencia gratuita a la que somos expuestos. Estas personas fueron tratadas entonces como delincuentes por querer ser, y hoy somos tratados como enfermos mentales por lo mismo. (Tenemos que declararnos enfermos mentales para conseguir hormonas, aunque el endocrino por su parte nos hace firmar otro papel en el que nos declaramos en nuestro perfecto estado psíquico y mental para lo mismo, por si algo sale mal. El psiquiatra tiene que certificar que estamos sanos mentalmente para poder declararnos después enfermos mentales, aunque si por ejemplo tienes antecedentes penales, o alguna enfermedad mental, o minusvalía no puedes acceder a este protocolo y por lo tanto a las hormonas. Sí, lo sé, es absurdo, pero a ellos no se lo parece).
En cuanto a la violencia a modo ilustrativo, sólo en este año, 194 personas transgéneros han sido asesinadas por los llamados crímenes de odio, que son aquellos que no tienen más razón que ninguna razón más que el odio.
“…las razones médicas preservan los valores dominantes”, “…en periodos de crisis, salud y enfermedad se convierten en referentes morales, y se asocia enfermedad a lo permisible socialmente”. (“El andrógino sexuado” Estrella de Diego).
1. EN CUANTO A MENTALIDAD (Ortodoxia vs.Heterodoxia)
Este trabajo trata acerca del travestismo ftm (female to male) en el s. XVII – XVIII, aunque yo prefiero llamarlo androginia (hombres que pueden engendrar) por razones que expondré más adelante. Trata sobre el peso de la identidad, que se opone con todas sus fuerzas a la predeterminación sexual cultural de género, certificando con ello la existencia real de la identidad individual, al margen de toda norma cultural. Y cabe añadir, que si este fenómeno guarda relación directa con la llamada transexualidad, más relación guarda con las expectativas sociales que subyacen al hecho de nacer con unos genitales u otros. La transexualidad, el travestismo, es un fenómeno antiguo, tanto como el libre albedrío, la identidad del individuo, y tanto como para ser prohibido en “la biblia” (Deuteronomio). Fenómeno tan antiguo como cuando los sexos se convirtieron en conceptos cerrados de inclusión y exclusión. La transexualidad transgrede la norma de los sexos y lo que se supone de ellos, por eso la transexualidad comienza a existir en el momento que necesita de la transgresión para existir (al menos como concepto). Esta, o el transgenerismo existen en contraposición a las expectativas o normas que la cultura tiene sobre un individuo. Así pues, la transexualidad empezó a existir cuando se empezó a ver como una transgresión a penalizar, y por lo tanto se empezó a localizar, identificar y verbalizar. No obstante, el concepto transexualidad es mucho más tardío…y este está directamente relacionado con el descubrimiento de hormonas químicas para tal fin, el pretendido “cambio de sexo” para la concepción binómica de la humanidad y sus sutiles normas de producción y reproducción.
En cuanto al libro “La doncella quiso ser marinero” ¿La doncella quiso ser marinero, o la doncella no quería ser doncella? No es lo mismo, aunque por pensamiento dicotómico se pueda llegar a esta conclusión. En la película “La Raulito” de 1970, Argentina, basada en hechos reales, Raulito afirmó que “no es que quiera ser hombre, es que no quiero ser mujer”… (No entraremos aquí, en la vida que llevó Raulito de la cárcel al psiquiátrico y del psiquiátrico a la cárcel, porque este hecho habitual en nuestro colectivo merecería un estudio monográfico aparte). Resulta difícil comprender desde el binomio, la existencia de andróginos, hermafroditas, intersexuales, intergéneros, transgéneros y antigéneros, pues en el binomio no hay lugar para ellos, y quienes son los dos a la vez no son ninguno.
Desconozco cuál era el prototipo de doncella, lo que debían producir y reproducir por su genitalidad. Pero pienso que el número de estos seres transgresores de su sexo y del predeterminado género, puede aumentar en un momento y en unas condiciones dadas; e igualmente puede disminuir si a la gente se le respeta y se le deja ser libremente. La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) pudo tener mucho que ver, la emigración que hubo en el s. XVII hacia las Provincias Unidas, el nacimiento de la masa, la ausencia de Registro Civil (¡vaya suerte!), la necesidad de hombres en el Ejército, y en la Marina a cambio de un jornal, la posibilidad de trabajar… Todo ello puede responder a condiciones favorables para postumar la androginia o el travestismo, pero no hay indicio que nos diga que esas identidades no existían ya en su pueblo natal como se sugiere, puesto que nadie que empieza este camino lo hace en balde o sin razón. Aunque la transfobia pretende hacer creer que es un camino ventajoso, nunca fui tan explotado, parecer más joven de lo que ciertamente se es también parece ventajoso, pero no lo es en absoluto, la edad también tiene status.
“La doncella quiso ser marinero. Travestismo femenino en Europa s. XVII-XVIII” trata sobre la vida de 119 personas en los Países Bajos entre 1550 y 1839. Trata la Historia de la pobreza, la Historia de la delincuencia y la Historia de la sexualidad como causa y razón, no obstante, deja a libre interpretación o elude sistemáticamente en casi todo el libro, la cuestión identitaria de género. Da a entender que el travestismo es producto de las anteriores, o sea, que la identidad de género no existe o no prevalece, y que el travestismo tiene como causa la pobreza, la delincuencia y la sexualidad. Elude el hecho, de que éstas son consecuencia de la identidad de género transgresora (y de la transfobia social) y no causa de ella; como en la mayoría de casos que yo conozco.
Son este tipo de Historias la consecuencia (esperemos evitable) de quienes valientemente se determinan a ser, ya que el rechazo social, familiar, médico… relega a estas personas a la exclusión más extrema, y a la violencia más salvaje, llámese hambre, agresión, asesinato…
El caso de Julita Pastrana ilustra muy bien la cuestión identitaria, Julia Pastrana fue una mujer con barba que vivió en el s.XIX en México, su cuerpo se conserva disecado…y el de su hijo también… (Hoy día existen mujeres con barba que se sienten mujeres)(…)(yo he visto 2 documentales/ 1 caso alemán. Youtube. Mujeres con barba. 2 caso estadounidense. Tesis de Mª José Galé). Julita Pastrana podría haber pasado por hombre, pero no fue esa su determinación vital, y prefirió ser expuesta en circos como atracción de feria, que vivir en cuanto a una identidad que le era ajena. “Los seres vivos de la creación”, 1902. En estudios históricos más antiguos al s. XVII los travestidos se observaban como curiosidades humanas. No obstante, la cárcel de Amsterdam estaba abierta al público como atracción turística, así como en Inglaterra, y supongo otros lugares, donde también se podía observar a los hombres travestidos.
Las fuentes en las que se apoya este libro son Judiciales (concretamente, documentos del Tribunal Provincial de Holanda, y registros de sentencias penales de Leiden), lo que significa que sólo tenemos noticias de estas personas a través de los juicios (de travestismo en general y por matrimonio travesti) ya fueran civiles o militares. Parece ser, predominaron en las ciudades, donde la masa permitía el arte del travestismo y su elocuencia. También existieron en zonas rurales de no emigración, es el caso de Aart del Broekman (hombre con pantalones), que trabajaba de peón agrícola. Su travestismo se aceptaba, hasta que una nueva criada se negó a compartir cama con “él”. La criada protestó al consejo Eclesiástico y éste insistió al Ayuntamiento que Aart, debía vestir “como dictan las leyes humanas y divinas”. El Tribunal local dio a elegir a Aart, marcharse o vestirse de mujer, las fuentes no dicen que eligió. Aquí podemos valorar objetivamente el peso de la Ortodoxia, la heterodoxia de lo que ocurrió la desconocemos, aunque por mi experiencia, o bien echaron a la criada denunciante, llegaron a un acuerdo, o bien Aart se marchó tarde o temprano.
En la Nueva República de Holanda, el control de los municipios pasó de manos de la antigua oligarquía católica a la élite protestante comerciante, que emprendió su propia dictadura social. Un patriarcado urbano (s. XVI- XVII) que en su sistema penal reflejaba el temor a la desintegración social. La persuasión violenta como norma disuasoria, tanto por las autoridades como sobre todo por la cultura popular como señalaré… (maling). Marcaban a los delincuentes juveniles con hierro al rojo….arrastraban por las calles a los vendedores de pornografía, o los ponían en la picota. Quemaban vivos a los asesinos, usaban el potro, el látigo y la cámara de tortura. Había una severidad despiadada de los castigos impuestos por las clases dirigentes a los revoltosos… (“Los Países Bajos y la cultura europea en el s. XVII”). Esta mentalidad no nos hace extrañar, que los andróginos sufrieran castigos severos por su condición, por el simple hecho del escándalo que representaban. Parece ser, que las costumbres judiciales entre protestantes y católicos no se alejaban mucho, aunque producto de sus diferencias llegasen a una gran guerra. Tampoco su argumentación era muy distinta como hemos visto anteriormente, y como veremos en adelante.
El Tribunal militar que juzgó a María van Antwerpen por casarse con Johanna Kramers como Jan van Ant, se expresó así: “pues la presa ha engañado e inducido a error de forma escandalosa y abominable al mundo entero, y especialmente a la antedicha Johanna Kramers, mediante cambio tan extremo y antinatural y falsificación de nombre y cualidad, defraudando además y saltándose las instituciones y preceptos de la ley, lo que en una nación justa no puede permitirse, sino que más bien ha de castigarse para sentar ejemplo”. La condena habitual era el exilio (aunque también se pedía correccional, prisión, picota o azotamiento). Con el exilio, lograban que el matrimonio no volviera a verse, normalmente, la condena recaía sobre la persona travestida, culpable de transgresión en el orden establecido. Esto se juzgaba como fraude u otros delitos, de los que el peor visto era ”la relación perversa”, o aún más, el matrimonio que “burlaba el orden natural de las cosas y la consagración religiosa del orden divino”.
No obstante, la literatura legal neerlandesa no tenía un procedimiento homogéneo para el travestismo, así si una mujer se travestía únicamente por patriotismo o por seguir a su marido el caso era tratado de otra manera y se veía como “prueba evidente de la prodigiosa mano de Dios en todas las cosas”; y en una canción decían “…y por ello en lugar del verdugo se llamó al sacerdote y ambos fueron desposados”. De lo cual, se deduce, que lo que se castigaba era bien la identidad de género, bien el lesbianismo, o bien las dos cosas a la vez. La sodomía o tribadismo era delito capital, el derecho romano ante el lesbianismo prescribía la decapitación, la Constitutio Criminalis de Carlos V dictaba la hoguera, mientras que en Francia a la altura de 1622 el jurista Jean Papon pedía, igual que en los Países Bajos, la pena de muerte.
Otro tipo de condena habitual para el travestismo era el maling o linchamiento popular, como le ocurrió a lena Wasnoet al ser descubierta, tras alistarse en la Marina. El caso de Hendricke Lamberts fue similar, que el vecindario supiera de su pasado hizo que “no se atreviera a salir a la calle por el acoso de la gente”. No obstante, la reacción no siempre fue negativa (igual que hoy día), en 1769, el 11 de mayo, una joven escribió en su diario “Hoy me conmocionó algo que me ha dado mucho que pensar. Fue una presa a la que vi cuando la llevaban: una mujer vestida de hombre a quien el burgomaestre de Rotterdam mandó sacar de una barcaza; estaba pálida como una muerta, y su visión me inquietó profundamente. He pasado toda la tarde dándole vueltas al asunto”. No obstante no se posiciona…
En cuanto al lesbianismo y las condenas judiciales según el libro “La doncella quiso ser marinero” no hay constancia, tan apenas un caso tardío. Parece ser que la visión falocéntrica de la sexualidad (si no hay pene no puede haber placer) libró a las lesbianas de ser condenadas, a no ser, como ya hemos dicho, que una de ellas fuera un andrógino u hombre travestido, lo que se apoyaba en una imagen de pareja heterosexual, en la que un miembro era un hombre antinatural, y la otra era víctima de su engaño. Cornelia Gerritse pese a casarse con una mujer volvió a vestirse de mujer porque aborreció el travestismo, lo que muestra que algunas mujeres pudieron usar el travestismo para casarse con mujeres, o bien, para no casarse con hombres. Como es el caso de Santa Margarita, convertida en el monje Pelagius, muy popular a partir del s. XI en Europa. O el caso de Santa Uncumber, princesa portuguesa que se negó a casarse con el pagano rey de Sicilia. Resulta paradójico o no tanto, que las mujeres que se travistieron de hombre para no casarse con hombres, y se les supuso vírgenes (en cuanto a hombres y mujeres) y también se les supuso mujeres que se vestían de hombre, fueran declaradas santas. Mientras que los hombres travestidos, mantuvieran o no relaciones sexuales, fueran castigados por el mismo “delito” de travestismo. (La idea de pareja antinatural evoluciona en el s. XX, compuesta de una mujer masculina y hombre andrógino, la mujer antinatural completa al hombre antinatural, no obstante, perdura el ideal heterosexual algo más enrevesado) (“El andrógino sexuado”).
El caso masculino gay era bien distinto, estaba penado también con la muerte, pero en este caso la condena se hacía efectiva. En los Países Bajos del s. XVIII surgió una cultura gay, con códigos y lugares de reunión. En 1730 se dieron juicios por esta razón, descubrieron redes de sodomitas (entonces sodomía eran todo tipo de prácticas no heterosexuales y normativas, incluyendo en esta categoría incluso delitos) y se llevaron a cabo severas persecuciones. Estaba mucho peor visto el travestismo femenino mtf (male to female) que el masculino (ftm), como pasa hoy en día, el masculino se invisibiliza y por tanto pretende no ser visto (quizás esta forma de violencia es más perversa que la directa), quizás porque es más vistoso, quizás porque aún hoy en día se considera que el hombre baja de status social al convertirse en mujer… Jan Snoeck fue arrestada en 1703 en Amsterdam en plena noche vestida de mujer, ocho años después fue condenada en Breda por robo en casas y mendicidad. Confesó que estaba “empapado de mal, en alma y corazón” y que deseaba la condena a muerte, pues ansiaba verse liberado cuanto antes de sus sufrimientos.
Las fobias hacia hombres, tanto homosexuales, como hombres que eran en realidad mujeres, fueron y pretenden ser mucho más duras por su condición de sexo, en cuanto que, a la mujer se le sigue considerando paternalmente sujeto coeducable y fácilmente manipulable. Y en el caso de los hombres biológicos los hombres binómicos se sienten fuertemente amenazados, me da la impresión. Lo cual, no elude el hecho, de que mujeres lesbianas y hombres andróginos suframos esa misma violencia, además de otras formas más sutiles como la nevera vacía…por ejemplo.
Por último quiero añadir una reflexión que me ha parecido interesante en cuanto a la ausencia de relación entre travestismo masculino y prostitución, aunque ambos colectivos se asemejaban en edad, clase y pasado. Las mujeres trabajadoras sexuales se decantaron por la senda sexual “pasiva” de la mujer, y los hombres travestidos delincuentes, se decantaron por la senda no sexual “activa” del hombre. Como es el caso de Mary Frith, alias Moll Cutpurse, quien en el s. XVII dejó el servicio doméstico, se vistió de hombre, y se convirtió en un gran matón, carterista, pitonisa, perista y falsificador. No obstante la delincuencia, como he mencionado antes, puede guardar demasiada relación con la exclusión sistemática de la identidad transgresora.
2. EN CUANTO A POLÍTICA (Ortodoxia vs. Heterodoxia).
En el s. XVII las Provincias Unidas eran una gran potencia política, con el mayor Ejército permanente en Europa en relación al número de habitantes. Además del Ejército o la Marina, las protestas y revueltas también estuvieron ligadas a la tradición política del travestismo, siendo a veces difusa la frontera entre fiesta y disturbios. En 1784 en la boda de una pescadera en la que un hombre travestido adoptó el papel masculino, la fiesta acabó convirtiéndose en una marcha política a favor del príncipe de Orange, hay otros ejemplos en manifestaciones orangistas, y en otras sublevaciones (de tendencias calvinistas). Si bien la ropa de hombre se usaba para salir de noche o viajar, la coincidencia con estos altercados y el hecho de que la dinastía Orange fuera más tolerante e indultara casos de travestismo, e incluso asignara pensiones a travestis, me hace pensar en un ideario político y humano más acorde a los intereses de estas personas. Elisabeth Sammuruell recibió una renta de 200 florines vitalicia, por su valor como soldado en la guerra de 1672 – 1678 contra Francia, de manos del estatúder Guillermo III. También este, como rey de Inglaterra, otorgó una renta vitalicia en 1696 a un travesti soldado llamado Robert Cornelius.
El libro “La doncella quiso ser marinero” dice, que el fenómeno apareció muy repentinamente en el s.XVI, no obstante, lo que apareció repentinamente son las pruebas de su existencia, y esto no es otra cosa que las actas judiciales.
Muchos andróginos como ya hemos dicho trabajaron en el Ejército o en la Marina, otros optaron por la delincuencia o la mendicidad; otros trabajaron en la venta ambulante o de peón agrícola o de peón textil (mientras no fueron descubiertos), y muchos fueron curanderos o pitonisas. Cabe añadir que estás labores pudieron compenetrarse entre sí, según las circunstancias en las que estas personas se vieron inmersas, puesto que en el momento que Holanda no necesitara de hombres para el Ejército o la Marina, a estas personas se les acababa una gran porción de oportunidades laborales.
Otros, fueron cantantes callejeros y vendedores ambulantes de noticias (en canciones). Estos cantantes callejeros, procedían de los grupos marginales, y solían recibir trato de vagabundos, los registros penales muestran que muchos de estos vagabundos eran mujeres. ¿Estos hombres travestidos y andróginos procedían de grupos marginales o su devenir eran estos grupos por no encontrar más salidas?
Isabella Geelvinck, de origen alemán (Bodensee 1643) dejó la casa de sus padres travestido, sirvió cinco años como soldado de caballería y diez como cocinero en el Ejército. Se fue a los Países Bajos de mujer, y trabajó de ayudante de cámara en Amersfoort, dónde robó a su patrona plata y lencería. Luego en Utrech se hizo doncella, y su nueva patrona también le pilló robando, no obstante no la echó hasta que no se le acabó el contrato; y antes de partir prendió fuego la casa de su patrona, por lo que fue condenada a estrangulamiento… En cuanto a esto, llama mi atención que en los años que trabajó en el Ejército como hombre no haya constancia de delitos, y cuando trabajó de mujer los haya de esta envergadura…
Conocí a una mujer que me dijo que en realidad era un hombre (hace muchos años, 13), se llamaba Ana, acababa de salir de la cárcel, y robó a un compañero de trabajo puesto que trabajaba con nosotros, la Guardia Civil la detuvo y la llevó a la cárcel por 60.000 ptas., él estaba tranquilo, me dijo que no sabía vivir en otro lugar… Esto me llevó a pensar que todas las personas tienen un límite, más de una vez y de dos, he conocido a personas rebasadas por su límite, personas rotas que nunca remontarán a lo que fueron o iban a ser. Hay quienes fueron cebados a medicación psiquiátrica por ser transexuales, y ahora no son más que fantasmas… es aberrante lo que la mentalidad social puede hacer con una persona por nacer fuera de sus expectativas de género (por ejemplo), no todos aguantan.
La transfobia que interiorizan las familias como culpables de que su hijo o hija sea transexual, hace que deleguen en la medicina y en la psiquiatría la tutela de sus hijos, y hace que intenten por todos los medios cortar la evidencia que apunta hacia lo que ya sabían de antemano y era inevitable… Ser transexual, andrógino o travesti no es algo malo, es bonito, es maravilloso y es extraordinario.
En las canciones populares del s. XVII – XVIII se da a entender que los travestis por serlo se ganaban el castigo, además, en las canciones eran más duros que en la realidad de las condenas, quizás para asustar. La profunda transfobia y miedo de suplantación legitimaron conductas delictivas como justas, legitimaron violencia como amor, y hoy día, esta misma violencia acecha a quienes se atreven a ser fuera de toda expectativa genital. Otra canción dice: “Dejemos a don Alcahueta en prisión hilar. No me da pena, no. Quien se pone a jugar a ese juego; empieza en diversión y acaba en congoja”. Sí, ciertamente asusta, una vez oí decir a Mauro Cabral (militante intersexual) “a mí no me da miedo mi cuerpo, me da miedo vivir entre Vds”.
Jacobo van de Vivere en su popular anecdotario publicado en 1615 dice admirar el coraje de las mujeres soldado, pero a la vez admite que no le gustaban las mujeres valerosas, encontrándolas un poco ridículas, también evoca la Biblia para justificarse.
Los grabados y láminas que se harán del s. XVI al XIX reimpresos para niños también usan el tema para su mundo al revés: El criado golpea a su patrón, el hombre lleva a cuestas al caballo, el pez descansa en los árboles y la mujer va a la guerra. Vemos como comparan dos cosas imposibles con dos cosas perfectamente posibles; y que quizás por eso al ser temidas, se representan como imposibles como restricción, una de clase y otra de sexo. (Contención del pánico).
La ambigüedad respecto a la cuestión de género incomodaba e incomoda a la gente, no obstante, lo que más incomoda no es la ambigüedad de género, sino la ambigüedad entre sexo y género. En 1675 Anne Jacobs aseguró al juez que ella era más hombre que mujer, y después de someterlo a un examen médico se le ordenó vestir de hombre. Lumke Thoole, de origen alemán, eligió para sí el apellido Schwitter, que significa hermafrodita en alemán.
La obsesión por “el verdadero sexo” del s. XVIII-XIX, obligó a todas las personas a posicionarse en uno u otro sexo, y mientras unas eran cambiadas de sexo por exámenes médicos (incluso contra su voluntad e identidad), otras eran condenadas por no hallar evidencias físicas a su cambio de género identitario. María van Antwerpen recalcó que su travestismo estaba predestinado por dios, la naturaleza y el destino “la madre naturaleza me ha tratado con gran dureza, contra mis inclinaciones y pasiones, para mí es una regla que nadie escapa a su destino predeterminado, es imposible controlar las primeras pasiones (…) al no ser como ninguna otra mujer lo mejor era vestirse de hombre (…) ser mujer en apariencia y hombre en naturaleza”.
Muchos de estos hombres no quisieron volver con sus familias, pero de nuevo no debemos pensar en los conflictos familiares como causa del travestismo, sino más bien como consecuencia del mismo. Es el caso de Catharin Rosenbrock, que fue marinero y soldado en Holanda durante 12 años, volvió a su ciudad, Hamburgo, a los 42 años. Su madre hizo que lo ingresaran en prisión por “mala conducta” y por “negación de su sexo femenino”. Cornelius Wijngraef se casó con un hombre, pero su marido no podía realizar el coito con él. Sus padres entonces lo internaron en el Blaunhuis (sanatorio de lunáticos anexo a la prisión de Schiedam). A los 6 meses el cirujano municipal le sometió a examen médico a petición del alguacil, fue puesto en libertad, y se le ordenó llevar ropa de hombre, en 1732 fue arrestado por mendicidad y vagabundeo. Desconocemos porqué el alguacil pidió el examen médico, y destacamos aquí la obsesión de nuevo por el “sexo verdadero” que hay que añadir, sirvió para que algunas personas como Cornelius pudieran vivir como hombres legalmente (al menos por un tiempo), pues posteriormente en otro examen médico se certificó que era una mujer y se le acabó el respaldo legal a su nueva condición. Esto cerciora, que siempre hubo personas humanas y dispuestas a buscar una solución (urgente de parche) al conflicto injusto al que somos expuestos constantemente. Por ejemplo hoy a mí me han denegado el cambio de nombre (después de 3 años de papeles), no sé cuánto tiempo más puedo aguantar así, las neveras no se llenan solas por desgracia para los androginxs, y los contratos de trabajo necesitan del llamado DNI, ese que en mi caso no sirve, porque con frecuencia me dicen que no es mío…así que es como si no tuviera papeles.
De los 119 hombres travestidos estudiados, 93 tenían oficio masculino o lo que se supone masculino, 83 fueron marineros o soldados, una minoría ingresó en la Marina por la dificultad de camuflarse en tan poco espacio (barco), y 22 fueron descubiertos tras su muerte al examinar su cuerpo.
El s. XIX con su creciente burocracia creó más obstáculos para los travestidos bajo la forma de Registro Civil (SÍ), el servicio militar obligatorio y los exámenes médicos. A partir de 1800 los Países Bajos entran en un largo periodo de declive económico y de paz, por lo que también le serán desfavorables las condiciones económicas en cuanto a trabajo disponible para ellos y la consecuencia evitable esperemos de la delincuencia y el vagabundeo…
El travestismo no estaba institucionalizado, y no era una práctica social aceptada en Europa (de hecho era delito), estaba bien visto o no tan mal visto, en lugares no europeos (más de hombre a mujer, que de mujer a hombre). En América Latina, Asia o África, sobre todo era usado como travestismo ritual y chamanismo de predicadores, profetas y hechiceros. Los que tienen el status permanente de estar “en tierra de nadie” no sólo suscitan reacciones negativas sino también positivas.
En Oriente Medio y en India, sólo los hombres pueden adoptar el papel del otro género, a menudo son prostitutas y la sociedad prácticamente no las tolera (aunque haga uso de sus servicios igual que en España…) En América, el berdache, puede ser hombre o mujer, y adopta voluntariamente el papel del otro sexo, era socialmente aceptado hasta el s. XIX, hoy casi todos los crímenes de odio (de los que hay constancia) son en América Latina.
3. CONCLUSIÓN
La discriminación de determinados sujetos por todos los medios, y por medios penales desde la antigüedad, por no encajar en la supuesta “normalidad” o realidad conjeturada, se arrastra hasta nuestros días. Esperemos que la fuerza del movimiento Trans, que se viene gestando desde hace unos años a nivel internacional (Dato: despenalización de la transexualidad en España en 1983) dé sus frutos prontamente, y dejen de doler más las palabras que los hechos, este Octubre Trans nos despatologizan.
La conciencia ha de alzarse en nuestro favor, y el día que eso pase (y que va a pasar), la Humanidad habrá dado un paso hacia delante, que le servirá para dar muchos más, y para por fin, poder mirarse en el espejo sin miedo ni vergüenza.
La cultura está enferma, nosotros somos el síntoma de la cultura enferma, la medicina occidental acostumbra a acabar con el síntoma y no con la enfermedad, aunque en este caso el síntoma seamos personas…, pero este Octubre Trans nos despatologizan y patologizan a lxs transfobxs.
“El sacrificio del andrógino Fundamental origina el nacimiento del mundo actual”. (“Androginia”).
“Lo andrógino simboliza la desposesión absoluta, la eliminación de todos los opuestos”. (“El andrógino sexuado”)
“Tan fuerte es el dogma sobre la dicotomía anatómica, que cuando no se la encuentra se la produce…, pero además del sexo anatómico, se supone que el sexo cromosómico también es dicotómico (XX o XY) ajustándose a la genitalidad. Nuevamente cuando eso no ocurre, el dogma no se revisa, las hormonas completan este menú biológico”. (“Sexualidades Migrantes. Género y Transgénero” D. Maffia).
“…mientras hablo, yo sé que para mi cirujano formo parte de su pasado, de un pasado nebuloso de pacientes que van y vienen. Mientras yo viva él no podrá formar parte del mío, llevo las marcas de sus ideas sobre el género y la sexualidad grabadas en el cuerpo para siempre (…) terapias físicas para empezar a curar algo de lo que jamás estuve enfermo hasta que alguien quiso curarlo”. (“Sexualidades Migrantes. Género y Transgénero” Mauro Cabral).
“Para las travestis el estado de sitio es a diario (…) La rutinaria persecución policial, las acostumbradas restricciones a circular libremente por las calles portando una identidad subversiva, los permanentes obstáculos para acceder a los derechos consagrados para todos/as los/as ciudadanos/as del país, entre otros, hacen de la vida travesti una vida en estado de sitio”. (“Sexualidades Migrantes. Género y Transgénero” Lohana Berkins).
• LA DONCELLA QUISO SER MARINERO PORQUE NO QUERÍA SER DONCELLA.
“La noción de enfermedad mental se emplea hoy en día sobre todo para confundir y justificar hábilmente los problemas existentes en las relaciones personales y sociales, tal como la noción de brujería fue utilizada con el mismo fin desde comienzos de la edad Media hasta bastante después del Renacimiento” (Thomas Szasz).
5 BIBLIOGRAFÍA
• Rudolf M. Dekker y Lotte van de Pol “La doncella quiso ser marinero. Travestismo femenino en Europa (siglos XVII-XVIII)” Ed. Siglo XXI de España Editores, Madrid, 2006.
• Charles Wilson “Los Países Bajos y la cultura europea en el s. XVII” Ed. Guadarrama S.A. Madrid, 1968.
• D. Maffia “Sexualidades migrantes. Género y transgénero” Ed. Gráfica Integral, Buenos Aires, 2003
• Elémire Zolla “Androginia” Ed. Debate S.A. Madrid, 1990, 1ª ed 1981. (imágenes)
• Estrella de Diego “El andrógino sexuado”.
• Carla Antonelli “Orgullo Trans” Documental, 21 días.
• “La Raulito” película, 1970, Argentina.
• Foro “Intersexualidad y lucha en Ecuador” celebrado en Barcelona, año 2009.
• H. N. Hutchinson, J. W. Gregory y R. Lydekker “Los seres vivos de la creación” Madrid, 1902. (imágenes).
Pd: No he sabido subir las imágenes. Sorry y el libro «Sexualidades migrantes. Género y Transgénero» está en internet…os lo recomiendo y saludicos XXX

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