Cuando leo o me cuentan que hay criaturas sin comer o comiendo una sola comida al día.
Cuando leo o me cuentan que hay criaturas que se desmayan en clase por no haber podido comer.
Cuando leo o me cuentan que hay criaturas rebuscando entre la basura.
Cuando hay criaturas que se lanzan sobre una manzana cuasi podrida y se la come franqueada por su padre y madre que solo miran. Y eso no lo leo, ni me lo cuentan sino que lo veo. Siento una indignación y vergüenza tales, que me pondría a gritar como una loca cuerda; pero no lo hago, me acerco, pregunto y les hago ese día la compra…no lo cuento por ponerme medallas, al revés, me sigo muriendo de indignación y vergüenza…
Y mientras tanto pienso en tod@s es@s maldit@s avar@s que amasan y amasan dinero…es@s no se indignan, ni tienen vergüenza. De hecho, no conocen el significado de esas palabras.
Saben ustedes que les digo: BASTA YA. Y, por cierto, les deseo que no estén nunca en un «Cuento de Navidad»* como este; porque me parece a mí, que no se les ocurriría comerse una manzana así. ¿O quizás sí?
*Charles Dickens
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