Comprender la relación que existe entre la masculinidad y la violencia es vital para entender la violencia machista y abordar la deconstrucción de la masculinidad.
No soy un pacifista de los de toda la vida, me hice hombre en la lucha contra el franquismo convencido de que se podía hacer la paz con la guerra, y de que era heroico darlo todo por la felicidad de los demás. La edad, la paternidad y el feminismo me han ido convenciendo de que han de existir otras formas de cambiar la realidad.
Estamos tan acostumbrados a asociar la violencia de género con la violencia contra las mujeres que nos cuesta ver la marca de género en las violencias cotidianas, pese a saber que tenemos muchas más posibilidades de ser agredidos por un hombre que por una mujer, y no damos importancia al hecho de que la mayoría de los protagonistas directos de las peleas en colegios, campos de fútbol, incidentes de tráfico, sitios de copas o protestas sean hombres.
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