Machista de derechas: dícese del individuo que afirma defender la igualdad, claro que sí, pero “con sentido común”. Nada de feminismo que, dice, no ha ayudado en nada a las mujeres. De hecho, la igualdad ya la hemos conseguido. ¿No preside Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O’Shea el Banco de Santander?, ¿qué más pruebas quieres?
Machista de izquierdas: dícese del individuo revolucionario, que considera que la lucha contra el patriarcado se enmarca dentro de la lucha de clases. Así que primero a trabajar por “lo importante”, que es lo que él decide que es importante y que depende de qué haya desayunado. Se declarará feminista, usará un lenguaje inclusivo, dirá que ha leido muuuuucho sobre feminismo, es más te dirá lo que debes leer tú (prueba evidente de que tiene dominado el tema). Si se produce un debate sobre feminismo, tomará la palabra y estará más de media hora hablando e instruyendo. Es posible que haya que arrancarle el micro de las manos. Porque resumir no es lo suyo. Callarse y escuchar, tampoco. Para este machirulo de izquierdas, el problema siempre está fuera, no en su organización, no en él. Le encantan los chismes sobre compañeras (sobre su sexualidad, por ejemplo) y los difundirá. Le gustarás mientras estás calladita, si te rebelas molestarás.
Los dos individuos defienden lo mismo y quieren que se perpetúen las mismas dinámicas, sólo el envoltorio es diferente. Machirulos, chupadme un pie.
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