La sororidad habita en Lavapiés

Asamblea popular Lavapiés. Esta historia podría ser contada desde cualquier parte del mundo. Primero porque en todas partes las mujeres sufren de la violencia del orden patriarcal, solo por ser mujeres. Y segundo porque en todas partes del mundo, mujeres se están auto organizado para plantar cara al terrorismo machista. Y utilizamos este término conscientes de las palabras.

Pero esta vez la historia transcurre en Lavapiés. Como ellas cuentan en su folleto, todo esto empieza porque en un bar afín, con lo que esto supone, una compañera fue drogada para luego ser violada en un piso del barrio. En cuanto ella lo contó, los lazos de sororidad empezaron a tejer una red, primero de apoyo a la superviviente y después de respuesta común a esta agresión. Porque ya no habrá más agresiones sin respuesta. Las mujeres así lo hemos decidido.

De la rabia por el dolor causado a nuestra compañera (hoy es ella, pero mañana podemos ser cualquiera) se pasó a la autodefensa feminista. El grupo se fue nutriendo de mujeres de distintos colectivos y vecinas del barrio. Se tenía claro que la actuación era de prevención y de aviso a los violadores. En este barrio nos cuidamos las unas a las otras. Así que si atacas a una, respondemos todas.

Pero esto no nace con esa agresión, la verdad es que la sororidad habita el barrio desde hace años. Lavapiés ha tenido Reclamas Feministas, donde las mujeres en grupo han tomado las calles, pasando por los puntos más calientes del barrio, donde las agresiones son casi a diario.

También después de una agresión a una vecina Trans, se movilizaron las redes de sororidad para que esa agresión no quedara sin respuesta. La campaña contra el acoso callejero, No me llamo Nena y otras muchas iniciativas feministas.

Con una clara vocación, no de proteger a las mujeres, si no de aprender juntas a defendernos, mandan este mensaje:

“No es nuestra culpa que nos violen y nos agredan pero, sí es responsabilidad nuestra cuidarnos entre nosotras. Implícate”

Aunque la campaña lo tiene claro, la advertencia es para ellos, para los que consideran que las mujeres somos piezas de caza. Los que creen que tienen derecho a poseer nuestros cuerpos, contra nuestra voluntad. El mensaje es claro: SOMOS MANADA, ESTAMOS ORGANIZADAS. Y OS ESTAMOS VIGILANDO. Pero el toque de atención también es para las que habitamos la noche, que estemos atentas las unas de las otras. Que si vemos a una vecina, que parece encontrarse mal, que está sola y en un estado de conciencia alterado (excesivamente “borracha” para lo que ha bebido; muy eufórica) nos acerquemos a preguntar si todo bien. Que busquemos la complicidad de otras mujeres del bar…. En resumen que cuidemos las unas de las otras.

Así que desde la Asamblea Popular de Lavapiés queremos dar todo nuestro apoyo a estas mujeres, que han decidido ser agentes partÍcipes de su defensa y de las de otras. Y huyendo del victimismo (empezando por la compa agredida, que desde el principio su mayor interés era que esto se supiera y que no le volviera a ocurrir a ninguna otra mujer) se han organizado para llegar a todos los rincones del barrio, la campaña incluye ir bar por bar contando lo ocurrido y dejando panfletos.

Desde la asamblea estamos muy orgullosas de las mujeres que toman las riendas de su autodefensa, que pelean para que ninguna mujer se sienta sola. Y que ninguna agresión quede sin respuesta.

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