Cuentan…, por Mª Ángeles Bustamante Ruano

Cuenta la tradición cristiana que el 24 y el 25 de diciembre son días de celebración. Se celebra el nacimiento de Jesús.

Cuentan que el gobierno del estado español es cristiano. Vamos a hacer la prueba de cristiandad:

Jesús nació en un pesebre, tuvo suerte; podría haber nacido en medio de la nada y podría haber muerto de frío. ¿Qué se puede decir de quienes se dicen cristianos y permiten que las personas vivan debajo de un puente, les tiran de sus casas, no proporcionan un techo, no crean un parque de vivienda social?

Jesús nació en un pesebre, cuentan que los animales le dieron calor, ¿cuántas personas en el Estado español  no pueden usar calefacción, porque no la pueden pagar?

Jesús nació en un pesebre, pudo comer y crecer. Hoy estamos recogiendo comida, como ayer y como mañana; porque hay niños y niñas que solo tienen para una comida diaria. Y además, tenemos que aguantar un portavoz del Gobierno español que se permitió decir “que si no comían las criaturas era por culpa de sus padres”.

Jesús decía que hay que amar al prójimo, esta gente solo se ama a si misma y sobre todo, a sus carteras bien repletas de dinero. Y si para seguir manteniéndolas, han de reducir a millones de personas a la condición de siervas, pues se las convierte en siervas y ya está.

Jesús se enfrentó a las masas que iban a matar a una mujer, por el simple hecho de ser mujer.

Jesús echó a los mercaderes del templo; hoy las grandes firmas multinacinales de todo, pero sobre todo alimentarias y de ropa se pudren en dinero. Todo ello mientras a quienes cultivan se le da una miseria por sus cultivos, mientras a quienes cosen se les da una miseria por su trabajo; llegando a quemarse fábricas, perdón maquilas, enteras con todas las personas dentro (por cierto, algunas criaturas de corta edad que trabajan 14 horas al día).

Jesús dejó de ser Jesús y un día se convirtió en Jesucristo. Un hombre que dicen murió por la salvación de la humanidad; pero en realidad, murió porque no permitía tanta injusticia y lo decía. Se enfrentó al status quo establecido, ese mismo (ha evolucionado muy poco) que ahora promociona guerras, promociona hambrunas, promociona la sinrazón.

No pertenezco a ninguna religión, conozco bien la tradición cristiana; porque mi abuela era una ferviente cristiana de misa diaria. Hoy me acuerdo de ella especialmente. Le daban igual las tradiciones, celebraba el renacimiento de Jesús; pero nos daba los juguetes hoy para poder jugar todas las vacaciones. Hoy celebraba el renacimiento de Jesús; pero no gastaba como una posesa en comida y trastos como si el mundo se acabase; en realidad, parte de ese dinero que no gastaba siempre lo dono, siendo una mujer con escasos recursos toda su vida. Siempre dijo, «haz bien y no mires a quien». Ella lo practicó, aunque no siempre se vio correspondida por esos y esas quienes; pero le daba igual.

Hoy celebraba el renacimiento de Jesús; pero siempre nos contó de las miserias que vivió y que nunca debían de repetirse. Lo siento abuela, hace casi dos años que te fuiste; pero tu sueño no se cumplió “las miserias de antes”, como tu decías, están todas de nuevo aquí. Que tristeza más grande.

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