El legado de Fraga a las mujeres, por Mar Esquembre

En los días siguientes a la muerte de Fraga, entre todas las loas que contenían los múltiples obituarios difundidos por los medios de comunicación, di con una noticia aparentemente sin conexión con este hecho, pero que a mí me hizo evocar las contribuciones de Fraga a nuestro actual sistema democrático que, hasta el momento y que yo sepa, nadie ha comentado durante esta semana. Dicha noticia se refiere al caso de una niña argentina de 11 años que quedó embarazada a resultas de una violación y a la que el ministro de Salud de su provincia deniega la autorización para abortar, obligándola a seguir adelante con el embarazo, invocando el respeto a la vida del feto claro.

Vale, es algo horrible, pero estarán preguntándose qué tiene que ver todo esto con Fraga. Pues miren, que como «padre» de la Constitución, cabe atribuirle el «mérito» de que el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre la interrupción de sus embarazos no se reconociera en España hasta 2010 y, aun así, siga en entredicho. Como sabrán (aunque a lo peor no, porque de ciertas cosas no se habla), las cuestiones del divorcio y del aborto fueron usadas por las fuerzas progresistas de este país como moneda de cambio en aras del tan magnificado consenso constitucional. Por tanto, el aborto debía ser excluido del debate de elaboración de la Constitución. Así lo hicieron las fuerzas progresistas, retirando sus enmiendas. Pero la Alianza Popular liderada por Fraga se empeñó en mantener una enmienda al actual artículo 15 de la Constitución a fin de forzar un falso debate sobre el aborto en el Pleno. Defendían una redacción distinta a la aprobada por la Comisión, proponiendo que, en lugar de «la persona tiene derecho a la vida», figurase «Todos tienen derecho a la vida». UCD cambió el sentido de su voto y apoyó la enmienda. Y ganó la redacción que AP proponía. La intención, en palabras de Fraga, como figura en los diarios de sesiones de la época, era que «el día que la fuente principal y mayor del ordenamiento español, la Constitución, sea interpretada, constará en acta todo lo que hemos dicho y lo que hemos votado aquí». Y lo consiguió, vaya si lo consiguió. Consiguió que el proyecto de ley socialista de 1983, frente al que los populares interpusieron el extinto recurso previo de inconstitucionalidad, no entrara en vigor hasta 1985 tras una de las más polémicas sentencias del Tribunal Constitucional en la que la discusión sobre el significado del término «todos» ocupa mucho, demasiado espacio y la palabra mujeres brilla por su ausencia. Ese ha sido el legado que Fraga nos ha dejado a las mujeres.

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