Algunas ideas entorno al «El género: una categoría útil para el análisis histórico de Joan W. Scott»:
1º) El lenguaje, los significados y las alusiones figurativas
El lenguaje tiene historia, no es algo neutro, representa y (re)construye la realidad y, por ende, la política y el poder, así como las propia subjetividad. Conocer estos mecanismos, cuestionar el siempre ha sido así permite avanzar en el camino, permite desarrollar, transmitir, construir una Historia no androcéntrica. Esto es clave si se relaciona directamente con el significado que se le da o se le ha dado a toda la Historia. Si cambia la mirada, cambia en muchísimas ocasiones el resultado, o mejor dicho, los posibles resultados o procesos, así como las cuestiones a plantear. Es clave conocer para cambiar, sobre todo, lo simbólico y el significado que se le da ya que posee un peso social y personal mucho más importante de lo que a simple vista pueda parecer.
2ª) Una nueva mirada, una nueva perspectiva
Dicha mirada diferente e inclusiva crea nuevos temas a tratar y, además, procede a una revisión de todo lo existente. Desarrollando una nueva metodología que a su vez produce una nueva Historia.
Es premisa fundamental para una Historia no androcéntrica, incluir a las sujetas y a los sujetos marginados por no ser considerados “hombres”, romper planteamientos dicotómicos y antagonismos simplistas dejando de definir a las mujeres en relación a los hombres (o más bien contra ellos), incorporar el análisis de los diferentes ámbitos y su interrelación, así como una visión desde el proceso y no tanto de la posible conclusión del mismo, si alguna vez concluye realmente. En definitiva, se modifica lo que se mira y a quien se mira aplicando otra perspectiva y desarrollando otras teorías que expliquen la Historia.
3ª) Los feminismos invisibilizados, ¿malditos?
Desconocimiento de lo que es el feminismos/los feminismos, sinónimo de problemas de ellas, de parcialidad atravesada de radicalismo, no de relaciones, de sociedades, de poder, de jerarquías…una verdadera visión no androcéntrica ha de poder acercarse a los mismos como visión política.
Las historiadoras feministas crean formulaciones teóricas para sintetizar, aunque el principal hándicap es la persistente invisibilización de las aportaciones de las mismas, ¿se sigue viendo como un problema de las “chicas”? o ¿quizás como metodologías poco ortodoxas que denuncian la falsa universalidad?. A mi modo de ver puede ser una mezcla de ambas cuestiones.
4ª) El Género con mayúsculas, un enfoque alternativo
Cuando se habla de género…
Se habla de sinónimo de mujeres, vaciándolo de contenido “subversivo” y buscando legitimidad académica.
Se designan las relaciones sociales (entre sexos).
Se tienen en cuenta las relaciones de subordinación y se hace referencia a un sistema y orden de poder.
Se hace mención a las construcciones sociales, culturales e históricas, es una categoría social sobre el cuerpo sexuado.
“El uso de género pone de relieve un sistema completo de relaciones que puede incluir el sexo, pero no está directamente determinado por el sexo o es directamente determinante de la sexualidad”.
El género es un nuevo departamento de investigación histórica. Es una categoría analítica.
“Las historiadoras feministas han empleado diversos enfoques para el análisis del género, pero pueden reducirse a una elección entre tres posiciones teóricas. La primera, esfuerzo completamente feminista, intenta explicar los orígenes del patriarcado. La segunda se centra en la tradición marxista y busca en ella un compromiso con las críticas feministas. La tercera, compartida fundamentalmente por posestructuralistas franceses y teóricos angloamericanos de las relaciones-objeto, se basa en esas distintas escuelas del psicoanálisis para explicar la producción y reproducción de la identidad de género del sujeto”.
Es una manera de explicar la desigualdad entre mujeres y hombres.
“…el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder”.
Visión amplía que incluye todo: familia, mercado de trabajo, educación, cultura y política.
Cuando se habla de género se habla de un problema histórico, cada episodio histórico analizado desde esta perspectiva tiene en cuenta los cuerpos sexuados, las relaciones sociales, las jerarquías existentes y las causas/fin de las mismas, así como los cambios entre otras. Y sobre todo, el poder, legitimándolo:
“Podría mejor decirse que el género es el campo primario dentro del cual o por medio del cual se articula el poder. No es el género el único campo, pero parece haber sido una forma persistente y recurrente de facilitar la significación del poder en las tradiciones occidental, judeo-cristiana e islámica”.
Por todo lo indicado, la utilización del género es muy útil para realizar una Historia no androcéntrica ya que permite de manera seria analizar profundamente las categorías, conceptos y enfoques teóricos existentes. Todo ello desde una perspectiva critica y absolutamente global, la autora dice que puede ser aplicado también a la clase social y a la racial. Ciertamente es así porque no solo se está hablando de metodología sino también de un concepto holístico, ya que mujeres y hombres, personas intersexuales, queers son la Humanidad…urge que también sean Historia.
«El mundo jamás ha visto una nación verdaderamente grande y virtuosa, porque en la degradación de la mujer se emponzoñan en su origen las fuentes mismas de la vida.»
Lucretia
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