Al borde de la muerte violencia contra las mujeres y prohibición del aborto en El Salvador

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“El día de la audiencia, sólo sentía dolor. Cuando me pasaron la sentencia, yo pedí fuerza de Dios. ‘Señor –le decía– mi hijo tendrá 45 años cuando yo salga de este lugar’”.

María Teresa Rivera,  julio de 2012. En El Salvador el aborto está prohibido en todos los casos, no importa si el embarazo es consecuencia de una violación o amenaza la vida de la madre. La pena para las mujeres y las niñas declaradas culpables de abortar pueden ser de entre dos y ocho años de prisión. Si el aborto es espontáneo, la mujer puede ser acusada de homicidio agravado y condenada hasta a 50 años. Los profesionales de la salud que las ayudan pueden ser condenados a un máximo de 12 años de cárcel.

María Teresa Rivera cumple 40 años de cárcel tras sufrir un aborto espontáneo. Madre de un niño de 5 años, María Teresa Rivera no sabía que había vuelto a quedarse embarazada hasta que la sacaron en ambulancia de la fábrica de prendas de vestir donde trabajaba y la ingresaron en un hospital. Su suegra la había encontrado sangrando tendida en el suelo del aseo de la fábrica. Un miembro del personal del hospital informó a la policía sobre el caso. Ésta llegó y empezó a interrogar a María Teresa sin la presencia de un abogado. En julio de 2012 la juzgaron y declararon culpable de homicidio agravado, a pesar de existir graves deficiencias en las pruebas presentadas contra ella. Su hijo tendrá 45 años cuando ella salga de la cárcel.

La prohibición también incluye a niñas víctimas de violación, como relata un médico que trató a una sobreviviente de violación de nueve años a la que obligaron a llevar a término el embarazo.«Tuvimos una niña de nueve años. Tuvo su parto a los diez. Había sido abusada desde la infancia. Se embarazó y… fue un caso bien difícil…. Ese caso quizás nos marcó mucho a nosotros porque ella no entendía lo que le estaba pasando… Nos pidió colores. Crayoles. Y ahí se nos partió el alma a todos porque nos empezó a dibujar a todos nosotros; dibujaba y lo pegaba. Y nosotros dijimos: `¡Si es una niña! Es una niña`. Y ella al final no entendía qué estaba esperando».

La represiva prohibición total del aborto por parte del Gobierno está destrozando las vidas de mujeres y niñas en El Salvador, empujándolas a abortos inseguros y clandestinos u obligándolas a llevar a término peligrosos embarazos.

En el informe Amnistía Internacional describe cómo la restrictiva ley tiene como consecuencia la muerte de cientos de mujeres y niñas que se someten a abortos clandestinos. Muchas de ellas proceden de los sectores más pobres de la sociedad.

La inacción del Gobierno salvadoreño a la hora de abordar la discriminación contra las mujeres limita gravemente las vidas de las mujeres y las niñas. Al negarse a resolver adecuadamente las infranqueables barreras existentes para acceder a métodos anticonceptivos modernos y a una verdadera educación sexual, condenan a generaciones de mujeres jóvenes a un futuro determinado por la desigualdad, la discriminación, la limitación de sus opciones y la restricción de sus libertades.

Amnistía Internacional pide al Gobierno de El Salvador que despenalice el aborto a todos los efectos. El Gobierno debe proporcionar a las mujeres y las niñas acceso a servicios de aborto seguros y legales cuando el embarazo represente un riesgo para su vida o su salud, cuando sea resultado de una violación o en casos grave malformación del feto. También debe poner en libertad incondicional de inmediato a todas las mujeres y las niñas encarceladas por someterse a un aborto o abortar espontáneamente.

Fuente: AI

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